Al sureste de la península ibérica se encuentra una pequeña región conocida como Murcia que esconde una enorme cantidad de tesoros: desde formidables paisajes naturales, pasando por una compleja y rica historia cultural hasta llegar a las propias tradiciones y costumbres de una belleza muy singular.
En este último punto queremos detenernos en el artículo de hoy; concretamente, en la deliciosa y variada gastronomía de Murcia. Al fin y al cabo, un gran porcentaje de la identidad de un pueblo viene de la mano de las creaciones gastronómicas: las recetas típicas de una región pueden perfilar el contorno de sus gentes de una manera mucho más precisa que muchos documentos históricos.
Nuestro objetivo es fijar nuestra atención en una sola de esas cuantiosas recetas que esconde nuestra tierra; así pues, te proponemos un viaje sin salir de casa hasta el extremo norte de la región: en el altiplano murciano nos espera una tierra rica en viñedos y deliciosas peras, de las que no haremos mención en este artículo; nosotros más bien preferimos mostraros algo que, quizá, ha podido pasar un poco más desapercibido: Hoy cocinamos…el gazpacho jumillano.
Jumilla, tierra de tradición
El municipio murciano de Jumilla, ubicado al norte de la región, dispone en su haber culinario de una exquisita receta muy tradicional, que, sin embargo, han hecho suya mediante la adición de diversos ingredientes; nos estamos refiriendo al gazpacho jumillano.
La personalización de este típico plato, muy presente en muchas regiones de España, viene de la mano de la incorporación a la mezcla de consistente carne de caza (como puede ser el conejo, la liebre o la perdiz), y, especialmente, caracoles serranos, a los que se les añade diversas plantas aromáticas como el romero y el tomillo que le dan un punto irresistible a todo el conjunto.
La base que sirve de sustento a todo el conjunto es la «torta de gazpacho», una masa realizada a base de harina de trigo y agua sin levadura de sabor neutro, que casa a las mil maravillas con la carne y los caracoles; de esta manera, a la postre, obtenemos un plato muy equilibrado, sustancioso y muy suculento.
Receta del gazpacho jumillano
Creemos (o, al menos, esperamos) que las líneas introductorias han servido para abrir boca, de manera que, el siguiente paso consiste en facilitaros la receta para que os pongáis manos a la obra…El proceso es bastante sencillo y el resultado, delicioso; tan solo tendréis que tener un poco de paciencia. ¡La felicidad está a cuatro pasos de distancia!
Ingredientes para 4 personas
- Tortas de harina de trigo desmenuzadas
- 2 kg de carne de caza (queda a vuestra elección el tipo de carne que prefiráis)
- 1 cebolla
- 2 docenas de caracoles serranos
- 2 tomates naturales
- 1 pimiento
- Aceite
- Agua
- Sal
Modo de preparación
Primer Paso: Lava los caracoles
Antes de nada, lo primero que debes hacer es introducir los caracoles en bastante agua y sal con el objetivo de limpiar muy bien cualquier tipo de impureza al tiempo que se produce la extracción de la molla (la propia carne del caracol). Este proceso deberemos llevarlo a cabo, al menos, dos días antes de preparar el gazpacho.
Segundo Paso: Guisa la carne
Una vez hayas dejado los caracoles a remojo dos días, toma la carne de caza y sofríela en una sartén acompañada de unas rodajas de cebolla a fuego vivo, ya sea la carne de perdiz, conejo o liebre.
En el momento en el que compruebes que el sofrito está listo, lo siguiente que debes hacer es introducir la carne en una olla que previamente hayas preparado con agua; en este recipiente meterás la carne y los caracoles acompañados de unas buenas rodajas de pimiento y de tomate rallado. Deja hervir todo el conjunto durante una hora.
Tercer Paso: Añade la torta troceada
A continuación, introduce en la olla la torta de harina; para ello, trocea la torta en pedazos muy pequeños y déjalos cocer durante un tiempo comprendido entre los 15 y los 20 minutos.
Cuarto Paso: Sirve tu gazpacho sobre la torta entera
El último paso consiste en la manera de servir este plato tan peculiar. Los expertos jumillanos afirman que se debe tomar una de las tortas enteras de que disponemos y serviremos nuestro gazpacho sobre su superficie como si de un plato se tratase.
Cómo presentar en mesa y posibles acompañamientos
Bien, todos sabemos que antes de degustar un plato a través de nuestra boca, la primera impresión la reciben nuestros ojos; y esa primera impresión puede marcar la diferencia. Así pues, debemos prestar especial atención a la manera en la que presentamos nuestro gazpacho: la costumbre dicta que, si se trata de una comida individual, el gazpacho deberá servirse en el centro de una torta de harina, que se encontrará, a su vez, sobre un plato.
Sin embargo, si son varias las personas que se reúnen para comer, el gazpacho jumillano habrá de servirse sobre tortas más grandes, pero, ojo, sin plato que las sustente. Además, deberemos añadir una pizca de romero y tomillo en los bordes. La tradición señala que, una vez hayamos concluido nuestro gazpacho, deberemos comernos la torta que servía de base enrollada con un poco de miel o anchoas.
En lo que se refiere a la bebida, mucho ojo: estamos hablando de una región con fama nacional e internacional por sus exquisitos viñedos. Así pues, el gazpacho jumillano habrá de regarse con un consistente vino propia de la tierra (lógicamente) D.O. acompañado de unas olivas y unas guindillas.
Otras variantes gastronómicas
Debes saber que, el gazpacho jumillano, pese a estar tradicionalmente compuesto por carne de caza (en especial, de conejo) y caracoles serranos, podemos encontrar una deliciosa variante. En este sentido, este nuevo gazpacho jumillano dejaría fuera los caracoles y se prepararía a base de perdiz y liebre.
La Vega Alta y el Altiplano recogen, asimismo, diversas variantes de este gazpacho, de manera que es posible encontrar la misma receta pero sustituyendo la carne de caza por la de pollo, por ejemplo, con el objetivo de obtener un plato un poco más económico y algo menos potente, pero muy sabroso también.