Gracias al estudio de la arqueología, es decir, la investigación de las sociedades del pasado mediante los restos materiales que depositaron a su paso, tenemos la posibilidad de conocer cómo vivían, cómo se alimentaban, cómo se vestían, entre muchas otras cosas, nuestros antepasados en épocas tan remotas como la Prehistoria.
La gran diversidad cultural y paisajística que acoge la Región de Murcia ha dado como resultado el paso, por sus tierras, de múltiples pueblos que han dejado su impronta y que han desembocado en una riqueza inmaterial sin precedentes.
Una de las actividades que mejor se ha podido desarrollar en suelo murciano ha sido, precisamente, la arqueología; de esta manera, en el artículo de hoy acudimos tras las huellas de la cultura argárica y su abundante y floreciente impronta en nuestras tierras.
La Cultura Argárica en el sudeste peninsular
A lo largo del III milenio a.C., en el área sudeste de la Península Ibérica se desarrolló una rica y floreciente cultura que ha llegado hasta nosotros con el nombre de argárica y que se localiza especialmente en las zonas de Murcia y Almería, así como también en determinadas áreas de Jaén, Granada, Albacete y Alicante.
Cabe señalar que, dada la singularidad que caracteriza esta florecientes cultura, investigadores, arqueólogos y eruditos de muchas regiones han arribado hasta nuestras tierras con el objetivo de estudiarla.
Tal y como sucede en eras previas, como por ejemplo, es el caso de las localizaciones de los asentamientos durante el Neolítico, en el caso de la cultura argárica, el poblamiento parece responder a una ocupación selectiva del territorio, concretamente, los pueblos de esta época buscaban refugio en las zonas cercanas a los cauces fluviales por todas las posibilidades que traían consigo: gracias a la presencia de los recursos hídricos, era posible desempeñar tareas agrícolas, el pastoreo y el trabajo minero, así como la opción de remontar los cauces de los ríos a modo de vías de comunicación para realizar ejercicios de trueque o intercambios de los productos sobrantes de las materias primas que generaban.
En líneas generales cabe señalar que los poblamientos que se desarrollaron durante la cultura argárica se caracterizaron por estar ubicados en asentamientos en altura; esto respondía a motivos de enfrentar posibles amenazas, dado que la posición elevada proporcionaba defensas naturales. Así pues, contaban con las defensas que les proporcionaba el accidentado relieve y la altura y, aquellos huecos o puntos débiles se apuntalaban mediante la construcción de torreones o murallas; ejemplo ilustrativo de este último punto podemos encontrarlo en el Cerro de las Viñas, en Lorca. De esta manera, los poblamientos de la cultura argárica gozaban de un excelente control visual de los terrenos dispuestos en derredor y de los caminos y vías de comunicación cercanas.
La presencia de la Cultura Argárica en la Región de Murcia
Cuando nos referimos a las huellas de la cultura del Argar en nuestras tierras no podemos dejar de mencionar el gran poblado de La Bastida, en Totana, como ejemplo destacado y más característico de esta etapa.
También es importante hablar de los imponentes descubrimientos que se están llevando a cabo bajo el casco urbano de la ciudad de Lorca: se trata de una serie de núcleos poblacionales con un destacado desarrollo demográfico, con valores muy superiores a otros de semejantes características dentro de esta etapa; así pues, podemos afirmar que estos núcleos supusieron, a lo largo del milenio II a.C., el punto de partida de las nuevas tendencias que se propagaron por todo el sureste de la Península Ibérica.
Si bien todos los poblados a los que hemos hecho mención en estas líneas respondían a ubicaciones en altura, también existen otros asentamientos en la Región de Murcia que se ubican a pie de monte o en llano, formados por un grupo de casas aisladas sin ninguna fortificación destinada a guarecerlas de las posibles amenazas; ejemplos de este tipo de poblamientos los podemos encontrar en el Rincón de Almendricos o en Los Cipreses.
Características de la forma de vida de la cultura del Argar en tierras murcianas
Sin duda, uno de los elementos que más llaman la atención de la cultura argárica tiene que ver con sus tradiciones funerarias. Este tipo de prácticas se caracterizan por la realización de enterramientos de inhumación, llevados a cabo bajo las casas o cerca de ellas, en todo caso, en el interior de los poblados. En líneas generales, se solía realizar inhumaciones individuales, aunque los investigadores también han hallado restos de enterramientos dobles e incluso triples (aunque esta forma de inhumación resulta mucho más rara y escasa) y podían llevarse a cabo tanto en urnas, como en covachas o en cistas formadas a base de lajas de piedra.
La cultura argárica ya se puede considerar como una sociedad completamente agrícola; de hecho, los asentamientos cerca de los recursos hídricos respondía a la necesidad de desarrollar este tipo de tareas, así como también se realizaban las labores agrícolas cerca de las numerosas ramblas de nuestra región.
Además, cabe señalar la extensión y desarrollo de las actividades ganaderas, especialmente de ovicápridos, bóvidos y équidos; en cuanto a la minería, se llevaron a cabo explotaciones de diversas localizaciones ricas en cobre que sirvieron de abastecimiento para la industria metalúrgica de esta etapa.
La cultura del Argar también sobresale por su exquisita cultura material; tanto es así que se considera a los argáricos expertos alfareros, actividad a la que dedicaron gran parte de su tiempo y que ha desembocado en hallazgos y valiosas lecciones del manejo de la cerámica. Se encargaban de modelar a mano, entre otras tareas, espléndidas vasijas de barro, normalmente exentas de todo tipo de decoración, con fondos curvos y superficies bruñidas y lisas. Destacaron, asimismo, en el campo de la metalurgia; de hecho, de esta etapa emergen numerosas armas y herramientas con adornos de plata, cobre, bronce y oro. Los arqueólogos también han hallado numerosos objetos en piedra y hueso y, en menor medida, también han encontrado determinados utensilios en madera.
Fuente
- Región de Murcia Digital