Uno de los postres más significativos de la Región de Murcia es, sin duda, el Pan de Calatrava. Este plato, exquisito y cremoso, lleva adornando los finales de las copiosas comidas huertanas desde hace siglos. Acompáñanos en este artículo a descubrir el origen del Pan de Calatrava y, lo que es mejor… ¡averigua cómo prepararlo!
Origen del Pan de Calatrava
Como suele ocurrir con gran parte de la cultura y gastronomía de la Región de Murcia, el origen del Pan de Calatrava se remonta a la presencia e influencia musulmana en la que se basó para su nacimiento. También tiene que ver con el hábito, muy frecuente en la huerta, de aprovechar los restos del día anterior. No debemos olvidar que la inmensa mayoría de los platos que hoy veneramos han surgido de una época de gran carestía y hambre lo que, si se piensa con detenimiento, resulta paradójico.
La esencia murciana ha sido siempre la de aprovechar todo y no desperdiciar ni una migaja de comida: esta maravillosa costumbre ha alumbrado verdaderas delicias culinarias.
Así pues, el pan que no se consumía el día previo servía como base para cocinar nuestro postre, al que se añadía bizcocho o sobaos, flan y caramelo líquido.
Receta del Pan de Calatrava
No debemos hacer esperar lo bueno: a continuación, os dejamos la receta para elaborar un exquisito y esponjoso pan de calatrava que hará las delicias de todo el que lo pruebe. Eso sí, pon atención a la hora de elaborarlo; ya sabemos que los mejores platos se cocinan a base de paciencia, cuidado y mucho amor.
Ingredientes
- 1 l de leche
- 6 huevos
- 300 g de azúcar
- 200 g de pan, restos de bizcochos o magdalenas o algo similar
- La corteza de medio limón en tiras
- Vainilla líquida
- Azúcar y agua para el caramelo
Modo de Preparación
- Para empezar, coge un un molde para verter el caramelo líquido y extiéndelo de manera uniforme por toda la superficie.
- El caramelo es muy sencillo de hacer: tan solo tienes que poner un envase apto para el microondas en el que debes colocar tres cucharadas de azúcar más dos de agua; programa el micro un minuto y medio y ve añadiendo 30 segundos hasta que el caramelo alcance un bonito color dorado.
- Una vez el caramelo esté bien extendido, ve poniendo los restos de pan, sobaos o bizcocho encima del caramelo; presta atención para que toda la zona quede convenientemente cubierta.
- Ahora toma otro recipiente en el que debes colorar un litro de leche (previamente hervida con la corteza de limón), media docena de huevos, 300 gramos de azúcar y un poco de vainilla líquida.
- Coge el envase y mezcla a conciencia todos los ingredientes; una vez lo tengas bien mezclado, cubre el molde con el bizcocho y el pan.
- Enciende el horno y precaliéntalo a 180 grados: cuando esté caliente, coloca el molde en un baño maría.
- Ahora es cuando entra en juego la paciencia: deja toda la mezcla horneando bien y ve echándole un vistazo hasta que te cerciores de que la mezcla está lo suficientemente cuajada.
- Por último, saca el molde del horno y déjalo enfriar dentro del frigorífico durante unas tres horas aproximadamente.
Nuestra recomendación es que el tiempo de reposo sea lo suficientemente largo, de hecho, lo mejor es consumirlo al día siguiente de su preparación, ya que los ingredientes habrán tenido el tiempo suficiente para asentarse y el postre habrá bebido de todos los sabores.
Ahora solo queda degustarlo y permitir que este sabroso bizcocho estalle en un mar de sabores esponjosos en nuestra boca. Una verdadera delicia.