Al sureste de la península ibérica se encuentra una pequeña región conocida como Murcia que esconde una enorme cantidad de tesoros: desde formidables paisajes naturales, pasando por una compleja y rica historia cultural hasta llegar a las propias tradiciones y costumbres de una belleza muy singular.
En este último punto queremos detenernos en el artículo de hoy; concretamente, en la deliciosa y variada gastronomía de Murcia. Al fin y al cabo, un gran porcentaje de la identidad de un pueblo viene de la mano de las creaciones gastronómicas: las recetas típicas de una región pueden perfilar el contorno de sus gentes de una manera mucho más precisa que muchos documentos históricos.
Así pues, si hay algo de lo que no cabe duda en la Región de Murcia es que sus platos típicos son una verdadera exquisitez. En el artículo de hoy vamos a acercarnos a una de sus más peculiares recetas para 1) descubrirte un postre delicioso en caso de que todavía no lo conozcas y 2) enseñarte el modo de prepararlo si es que has sido tan afortunado de probarlo. Tenemos el gran placer de hablar hoy sobre los engañamaridos.
Los engañamaridos: Tradición y leyenda se dan la mano
En lo más profundo de la Huerta de Murcia, las huertanicas se afanaban en la cocina para preparar la comida a sus maridos y a sus hijos. Con humildad y tesón, las mujeres de la huerta tiraban de los menús de aprovechamiento y, con los restos de la comida de días previos preparaban auténticas exquisiteces.
Los días especiales, sin embargo, cocinaban los engañamaridos.
Cuenta la leyenda que, las fechas especiales, se podía encontrar a las huertanas faenando en la cocina, preparando un postre con trampa: se trataba de unas natillas que escondían bajo su superficie un auténtico manjar.
Y así era, las natillas escondían otro postre que recibía precisamente el nombre de manjar. Muy ilustrativo, debemos añadir. De esta manera, el marido, al regreso de un duro día de trabajo hundía la cuchara en sus natillas y…¡premio! La sorpresa asomaba de las profundidades del cuenco.
Natillas
Este postre, extremadamente dulce y fuente de grasa animal, tiene su origen en la repostería francesa; poco a poco, sin embargo, se fue expandiendo por el resto del continente debido a su sencilla preparación y su delicioso resultado.
En esencia, se trata de batir las yemas de un par de huevos (dependerá del número de comensales) con azúcar y colocar la mezcla resultante al baño María. El secreto de unas buenas natillas consiste en echar poco a poco la leche sin cesar de batir con la varilla, al tiempo que debemos comprobar que no exceda la temperatura de más de 70ºC con el objetivo de que los huevos no se coagulen.
Manjar
Este ilustrativo nombre es el que reciben diversas creaciones en repostería en las que, el elemento común lo compone el color blanco que se consigue a través de la preparación del dulce o la única presencia de almendras. El manjar que goza de mayor tradición es el que se compone tan solo de leche, almendras, azúcar y harina de arroz: este postre recibe el nombre de manjar blanco catalán o el blanc-manger francés.
Asimismo, también es posible elaborar manjares blancos que se preparan con vainilla, leche y azúcar, así como también es posible encontrar otros que tienen fama de ser más complejos de cocinar porque se elaboran con huevo en lugar de con leche. En el caso de las primeras recetas, se sabe que estos postres se elaboraban con leche de almendras y la adición de un gelificante que, en los albores culinarios, estaba formado por cola de pescado; más tarde, este producto sería sustituido por la gelatina actual.
En cuanto al origen del manjar, los rastreos culinarios lo colocan en tierras árabes ya que los ingredientes principales de este postre los componen el azúcar y el arroz, ambos procedentes de Arabia.
Receta del Engañamaridos
Bien, lo prometido es deuda: a continuación os presentamos el método de preparación de estos peculiares postres con los que os chuparéis los dedos al tiempo que sorprendéis a vuestra pareja. Sin duda, una fantástica manera de celebrar alguna fecha especial como un cumpleaños o un aniversario. ¡Allá vamos!
Ingredientes para cuatro personas
- 1 litro de leche
- 750 gr azúcar
- 6 yemas de huevo
- 6 claras de huevo
- 2 cucharadas de maicena
- Canela molida
- 1 corteza de limón
- 1 rama de canela
Método de Elaboración
Primer paso: Hervimos
Lo primero que debemos hacer es colocar una olla con la leche y ponerla a hervir junto con la corteza de limón y la rama de canela.
Segundo paso: Batimos
A continuación, dispón las yemas, el azúcar y la maicena juntas en un recipiente y bate todo bien; una vez hecho esto, vierte la leche sobre la mezcla.
Tercer paso: Cocemos
Colocamos la mezcla anterior al fuego y dejamos que cueza a fuego lento. Debemos estar atentos en este punto ya que habremos de retirar la mezcla del fuego antes de que rompa a hervir con el objetivo de que no se corte la mezcla.
Cuarto paso: Hacemos el manjar
Este punto es uno de los más importantes: vamos a preparar el manjar sorpresa. Para ello, deberemos preparar un almíbar en un cazo con agua al que añadiremos azúcar y pondremos a calentar a fuego vivo hasta que comprobemos que la mezcla alcanza el punto de hebra, momento en el que apartaremos el cazo del fuego. A continuación, tomaremos las claras restantes y las batiremos bien en un recipiente aparte hasta alcanzar el punto de nieve. Una vez hemos conseguido el punto de nieve, agregaremos el almíbar y continuaremos batiendo. Cuando termines, déjalo enfriar.
Quinto paso: Servimos
Hemos llegado al final de nuestro proceso de elaboración. El último paso consiste en el montaje del postre: toma un cuenco que no sea de cristal (por aquello de que no se vea nada para no arruinar la sorpresa) y coloca el manjar al fondo, cubriendo parte de la superficie; después, vierte las natillas por encima y añádele unos toques generosos de canela.
Cómo presentar nuestro postre en la mesa y posibles acompañamientos
Nuestro consejo es que sirvas el engañamaridos en un tazón de barro colocando en el fondo el manjar y, sobre él, las natillas a las que le vendrán genial una bonita decoración con rama de canela o un poco de piel de limón. En cuanto a la presentación, escoge un plato de postre con blonda, de manera que inspire ese aire a tradición que rodea este postre.