El confinamiento está suponiendo una ardua escalada, en muchas ocasiones, especialmente a los niños. La necesidad de aire libre y jugar con amigos forma parte del ADN básico de los más pequeños de la casa. Pero no solo ellos lo están pasando mal, sus padres lo pasan igual de mal o peor, al tiempo que se las ingenian para buscar juegos nuevos con los que entretener a sus hijos.
En el artículo de hoy os proponemos la elaboración de bollicaos con los más pequeños a los que podréis encargar sencillas tareas de esta sabrosa receta. Así, al tiempo que ellos se entretienen, descubrís una forma de elaborar los deliciosos bollicaos de manera rápida y muy fácil.
He aquí una nueva manera de mirar el encierro domiciliario: confitados en casa.
Bollicaos Caseros
¿Quién no se ha comido alguna vez en su vida un bollicao? ¿Recuerdas, cuando eras pequeño, lamentarte porque el chocolate no llegara hasta el final? Era bastante frustrante, teniendo en cuenta lo bueno que estaba. Bien, pues la receta que hoy os proponemos tiene la maravillosa ventaja de que os permitirá la libertad de añadir todo el chocolate que queráis.
Ingredientes
- 500 grs de harina de fuerza
- 40 grs de azúcar
- 60 grs de mantequilla
- 15 grs de levadura de panadero fresca ( o 1 sobre de levadura de panadero seca)
- 250 ml de leche
- 2 huevos
- 10 grs de sal
- 1/2 cucharadita de vainilla
- 1 huevo batido para barnizar
- Chocolate en onzas. Puedes usar el chocolate que más te guste, lo dejamos a tu elección. En el caso de que prefieras crema de cacao como la Nutella, debes tener en cuenta que tendrás que meter el recipiente en la nevera con el objetivo de que se ponga lo suficientemente fría.
Modo de Preparación*
Para empezar, debes deshacer la levadura en la leche tibia y comprobar, al tiempo que la remueves, que quede lo suficientemente deshecha (este paso es importante con el fin de conseguir la textura deseada del bollo al final). A continuación, tomamos un recipiente y agregamos los ingredientes líquidos, es decir, toma la leche con la levadura, bate los huevos y añade la vainilla; por último, incorpora la mantequilla y la harina.
En el paso siguiente entra en juego la panificadora: selecciona el programa de amasado con el fin de conseguir una masa brillante y lisa. Si observas que el resultado es demasiado pegajoso, añade un poco más de harina, pero eso sí, con cuidado para no excedernos y que los bollos pierdan parte de su textura esponjosa.
Una vez que tengas la bola de masa lista, colócala sobre una superficie enharinada y déjala que respire y se leve hasta que adquiera el doble de su tamaño: suele requerir una hora y media más o menos si hace calor.
A continuación, ejercemos presión sobre la superficie de la masa con el fin de eliminar el gas restante; después, tomamos poco a poco pedazos pequeños de masa con el objetivo de amasar los bollos -el tamaño de los bollos los dejamos también a tu elección como ocurría con el chocolate, de ti dependerá hacer bollicaos extra grandes o normales-.
Lo importante es que toméis el pedazo de masa y lo extendáis y aplanéis; a continuación disponéis el trozo de chocolate (cortado a modo de rectángulo) en el centro de la masa circular; cerradla como si fuese un burrito y aplanad los extremos, de manera que se queden sellados. Una vez amasados, debéis dejar que la masa leve en la misma bandeja que emplearemos para meterlos en el horno, cubriéndolos con un trapo y apartándolos de las posibles corrientes de aire durante, al menos, una hora.
Una vez concluya este tiempo, pinta los bollos con huevo batido y mételos en el horno a 180º durante unos 15 o 20 minutos. Es posible que se doren rápidamente por el efecto del huevo; si os sucede esto, nuestro consejo es que los cubráis con papel de plata para evitar que se quemen. En el momento en el que comprobemos que están completamente hechos (puedes pinchar la parte externa con un palillo para ver cómo van por dentro) saca la bandeja y deja que se enfríen completamente. Lo mejor es que dejes que se enfríen a la intemperie, con un paño que los cubra.
A continuación, cuando observemos que estén lo suficientemente fríos, podemos envolverlos con cuidado y meterlos en el congelador. A la hora de comerlos, podéis hacer un par de cosas: por un lado, podéis descongelarlos en el microondas en la opción de descongelar. Otra posibilidad consiste en dejarlos descongelar dentro de la nevera y, a continuación, calentarlos un poco en el microondas o en el horno: tan solo requieren de un golpe de calor para estar deliciosos.
En cuanto a la textura, comprobarás que quedan la mar de esponjosos…¡y con todo el chocolate que quieras!
Sin duda, se trata de un entretenimiento delicioso para conseguir divertir a los más pequeños de la casa y cuyos resultados todos podréis saborear juntos.
*Para preparar esta receta es preferible que cuentes con una panificadora.
Fuente:
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DulceKoala