Seguimos encerrados; no podemos cambiar nada de ese hecho, por ahora. Lo que sí podemos elegir es nuestro talante ante la situación. Hay miles de cosas que podemos hacer ahora que los ajetreos acelerados de la vida corriente se han ralentizado; una de ellas es, por supuesto, cocinar.
Pese a que, en ocasiones, la cocina se vea como una tarea fatigosa, lo cierto es que rodearte de fogones e ingredientes es un noble arte con numerosas ventajas: el que cocina aprovecha su tiempo y lo enriquece y los que rodean al cocinero degustan sus composiciones artísticas. Todo son ventajas.
Así pues, desde Murciaguía queremos fomentar este círculo armónico proponiendo una receta muy típica de nuestra tierra: el conejo al ajo cabañil.
De conejos y cabañas
El conejo al ajo cabañil compone un plato muy presente en las cocinas de nuestra región; de hecho, la carne del conejo es una de las protagonistas de las recetas murcianas del que aprovechamos casi todo para hacer muy diversas variantes: acompañado con tomate, incluido en la paella, adornado al ajillo, etc.
La carne de este pequeño mamífero es muy sabrosa y sana; ten en cuenta que, dado su reducido tamaño, apenas tiene grasa y lo que degustamos en nuestros platos es pura proteína.
En el caso de la variante que hoy presentamos, se cuenta que se esconde una leyenda que ha dado origen a su nombre: el conejo al ajo cabañil era una receta tremendamente económica que los huertanos preparaban en las cocinas de sus cabañas para alimentar a sus hijos. Del nombre de estas humildes cabañas emergió el título de este tradicional plato huertano.
Cerca del área de Cartagena, en Perín, el conejo al ajo cabañil ostenta el puesto más importante dentro de sus fiestas patronales.
Sin duda, un plato para disfrutar en familia y recordar nuestras raíces huertanas.
Cómo preparar conejo al ajo cabañil
Lo prometido es deuda. A continuación, os presentamos los ingredientes y el modo de elaboración de esta sabrosa receta. Es muy sencillo y el resultado es delicioso: ¡Toma nota!
Ingredientes para 4 o 6 personas
- Un conejo de 1 kg aproximadamente
- 1 kg de patatas
- Una cabeza de ajos
- Un vasito de vinagre
- Aceite de oliva
- Sal
Modo de elaboración
Los que realmente saben de cocina están de acuerdo en que el punto más importante de este plato es que el conejo sea de matadero; sin embargo, es sumamente complicado poder encontrar este tipo de carne por los fuertes controles sanitarios que debe tener la carne, y más ahora. El motivo que sostiene esta afirmación se esconde en la sangre del conejo, ya que, por lo visto y tal y como afirman los eruditos culinarios, es precisamente la sangre la que reviste de todo el sabor a este plato. No obstante, y con la que está cayendo, lo mejor es que acudas a tu carnicería de confianza. Este dato puede ser interesante si conoces a alguien en quien confíes que críe conejos y sea él quien los mate, una vez que salgamos del confinamiento.
Paso número 1: Cortar las patatas y freírlas
Para empezar, toma las patatas, pélalas y córtalas en rodajas gruesas con el objetivo de que no se rompan al unirlas con el conejo. Sazonamos bien las patatas y las freímos en una buena cantidad de aceite de oliva -aunque también es posible emplear aceite de girasol con el objetivo de que queden algo más ligeras- hasta que comprobemos que adquieren un tono dorado. Las sacamos y las reservamos.
Paso número 2: Cortar el conejo y freírlo
El siguiente paso consiste en cortar el conejo en trozos no demasiado pequeños, aunque también existe la opción de solicitar la carne ya cortada en nuestra carnicería, lo que prefieras. Una vez lo tengamos fuera del envase, lo sazonamos. A continuación, tomamos la misma sartén en la que hemos frito las patatas y usamos el aceite para freír el conejo hasta que comprobemos con ayuda de un tenedor que la carne está crujiente y dorada, pero sin llegar a quedar arrebatado.
Paso número 3: Elaborar el majao
Nos encontramos frente al paso más importante de nuestra receta de hoy: preparar un «majao» con sustancia y con su fuerte sabor tan característico. Para conseguirlo, deberemos colocar dentro de un mortero la cabeza de ajos y proceder a picarlo todo bien, añadiendo una pizca de sal con el objetivo de que no salten. Una vez hayamos picado a conciencia los ajos, vertemos el vasito de vinagre y lo mezclamos todo.
Paso número 4: Mezclar
El último paso consiste en mezclar bien todos los ingredientes que ya hemos preparado en los pasos anteriores. Realizaremos la mezcla dentro de la sartén en la que tenemos el conejo, vertemos sobre toda la superficie de los alimentos el majao y mezclamos muy bien. Para terminar, añadimos las patatas y les damos una última vuelta, teniendo cuidado de no romperlas.
Apartamos y ya lo tenemos listo para servir.
Cómo presentarlo en mesa y consejos de acompañamiento
Bien, una vez que lo tenemos listo, el aroma que emerge de este plato nos adelanta el placer de degustarlo. Se trata de una receta muy sencilla pero de resultados espectaculares. Una buena manera de presentarlo es disponiendo una cazuela de barro en la que introduciremos todos los alimentos: quedará la mar de tradicional.
En cuanto al acompañamiento, no puede faltar una buena y crujiente barra de pan de pueblo, para sopar los restos de majao mezclado con aceite de oliva y, para los más atrevidos, un plato de consistente embutido de la zona.
Una vez lo hayamos servido en la mesa, debemos comerlo caliente que es como mejor se disfruta.
Otras recetas parecidas…
La forma que hemos presentado de aderezo del plato al ajo cabañil, se puede usar también para cocinar el «despojo al ajo cabañil», en el que usaremos los mismos ingredientes que en el caso anterior, sustituyendo únicamente la carne del conejo por la de restos o despojos de cerdo, cordero o cabrito.
Antaño, nuestros antepasados, en la línea de la cocina de aprovechamiento, incorporaban al majao una rebanada de pan frito del día anterior en aceite de oliva, con el objetivo de dotar de mayor fuerza y cuerpo al plato. Incluso, hay quien empapaba el pan en vinagre en lugar de aceite. Aquellos sí que eran estómagos resistentes.
Fuente
Región de Murcia Digital