Aledo es un pequeño municipio situado en la Región de Murcia que tiene una población actual censada de 1000 habitantes. Se sitúa dentro de la comarca del bajo Guadalentín, en las faldas de la parte meridional de Sierra Espuña.
Es un municipio que rezuma historia en cada una de sus calles que cuenta con un amplio número de monumentos religiosos e históricos donde destacan la iglesia de Santa María la Real y el Castillo de Aledo, que a día de hoy se sigue conservando en un estado excepcional y que fue construido en la Alta Edad Media por la población musulmana para reforzar la defensa del territorio.
Entre las bondades de Aledo destaca su amplia oferta cultural y festiva donde destacan el auto de los reyes magos, la Semana Santa, en especial el Viernes Santo por su “Agonía”; acto sacro donde dos voces del pueblo representan las últimas palabras de Jesús en el Calvario y la lanzada del capitán de los “armaos” y la Noche en Vela, donde el Casco Antiguo tiene una magia propia.
Ahora bien, si queremos pasar un fin de semana en Aledo, la pregunta es: ¿Qué puedo visitar? Entre los lugares más icónicos y con más historia de Aledo destacan, como hemos nombrado anteriormente, El Santuario de Santa Eulalia de Mérida, conocido como “La Santa”; el Estrecho de la Arboleja y el Castillo de Aledo.
A los pies de Sierra Espuña se encuentra el Santuario de Santa Eulalia de Mérida. “La Santa” está ubicada en mitad de un lugar en el que se respira tranquilidad, en el que se está en total armonía con la naturaleza y que tiene fácil acceso desde Aledo a través de una carretera rodeada por la vegetación mediterránea.
Como es de esperar, en “La Santa” se rinde culto a la imagen de Santa Eulalia de Mérida, que es la patrona de Totana (ciudad situada al otro lado del Santuario). Los fundadores del Santuario fueron los Caballeros de la Orden de Santiago en el siglo XIII, que fue levantado gracias a las limosnas que entregaban los fieles. Los feligreses entregaban limosnas para arreglar el Santuario porque, según cuenta la leyenda, el enfermo que bebía agua de la fuente de “La Santa”, se curaba.
Tras visitar el Santuario de Santa Eulalia de Mérida, la segunda parada obligatoria es ir al Estrecho de la Arboleja, también denominado Estrecho de la Agualeja o Algualeja.
Se trata de uno de los paisajes más fantasiosos de toda la Región de Murcia, o al menos así lo han descrito los múltiples visitantes que tiene este cañón también situado en las faldas de Sierra Espuña.
Un lugar lleno de cultura, interés paisajístico y ecológico muy cercano a Aledo que se ha ganado la calificación de Lugar de Interés Geológico (LIG).
Este cañón forma parte de la Rambla de Lébor y su forma recuerda a un túnel lleno de agua, musgo y otras especies vegetales.
Un espacio que, por su flora y ecosistema, es realmente fresco y agradable, lo que lo hace especial para las visitas del verano.
El último sitio al que ir antes de dejar Aledo no podía ser otro que su Castillo. Recién restaurado, la fortificación es perfecta para realizar visitas la mar de interesantes. Una vez más, su núcleo fortificado está situado en una zona intermedia de los macizos montañosos de la maravillosa Sierra Espuña, en sus estribaciones meridionales, y la sierra de La Tercia.
Al encontrarse Aledo enclavado en un espigón rocoso que permite vislumbrar extensos campos, se convierte en un hito clave en el control de las vías de comunicación que conectan el litoral del sureste peninsular con la meseta central. Además, al construirse la gran Torre del Homenaje que caracteriza a Aledo, todo el conjunto monumental fue declarado como un Bien de Interés Cultural. Visítalo y empápate de toda su historia y arquitectura.
Y, como sabemos que visitar tantos sitios y andar mucho abre el apetito, no os podemos dejar sin descubrir la gastronomía tradicional de Aledo. No puedes abandonar el municipio sin probar sus “Gachasmigas” con tropezones, su Jallullo, La Mantellina y un licor tradicional a base de anís, agua, miel y limón.
Estos platos están hechos a base de ingredientes sencillos y básicos, pues no hay que olvidar que era la típica comida del campo de antes. A diferencia de las “gachasmigas” de las que podemos encontrar diferentes versiones, el Jallullo es íntegramente de ahí. Para prepararlo basta con conseguir longanizas, morcillas secas, cebolla, harina pimienta en grano, pimentón murciano, aceite de oliva y sal.
¿A qué esperas? Visita Aledo y sumérgete en sus lugares únicos y mágicos, la historia que cuentan sus calles y sus monumentos y su excepcional gastronomía tradicional.